No me gusta la ciencia ficción y lo sabes.

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Todos nos damos cuenta a diario lo fácil que aparecen los malentendios en todo tipo de comunicación con los demás. Se está explorando y discutiendo el orígen de estas interferencias en varios campos de la ciencia y también en la sociedad. El modelo de las orejas y los picos, del que hablé en la última entrada de esta categoría, es sólo una de las posibles causas de esto. Allí se habla de los diferentes filtros con los que podemos emitir y entender las afirmaciones. Este fenómeno conduce inevitablemente a conflictos, sobre todo cuando interviene la interpretación de lo que se dijo o no se dijo.

Un amigo comenta: "Hace tiempo que no vamos al cine juntos. El otro pregunta: "¿Y le has dicho que te molesta?" - El primero: "Bueno, es que con todos los años que llevamos juntos, ella sabe perfectamente que me encanta ir al cine. No veo por qué se lo tengo que explicar encima".

Una amiga comenta: "Últimamente no para de decirme que ponen tal o cual película de ciencia ficción en el cine. Pero final no sale con nadie y encima se queja cuando la quitan de la cartelera. La otra responde: "Quizá quiera ir al cine contigo, de todas formas lleváis tiempo sin hacer cosas juntos". La primera: "Después de todos estos años, él sabe perfectamente que odio la ciencia ficción. Nunca se le ocurriría arrastrarme allí. Además, ¿él y planear algo? - Si ni siquiera es capaz de organizarnos un viaje o sugerir un nuevo restaurante".

Sobre todo en las parejas, pero también en otras relaciones interpersonales de mucho tiempo, la mayoría de los conflictos podrían evitarse o mitigarse si se dicen las cosas con claridad. Sin dar por sentado que la otra persona nos entiende automáticamente por el mero hecho de conocernos desde hace tanto. Porque, sin duda, uno va conociendo las preferencias, las manías y los hábitos de la otra persona, pero también es fácil equivocarse en esa clase de suposiciones o sacar conclusiones erróneas según que contexto. 

La tendencia a sentirnos incomprendidos porque otra persona no interpreta algo que decimos exactamente según nuestra intención, se remonta a la necesidad básica de ser reconocidos y apreciados constantemente. Como tantas cosas más, suele ocurrir de forma inconsciente. Si este tipo de interferncias se produce con frecuencia en las relaciones, puede convertirse lentamente en un barril de pólvora que puede reventar cuando menos lo esperamos. Es perfectamente posible que sea otro detonador que cause la explosión, por muy trivial que parezca, pero estalla en la cara de los implicados en forma de una crisis tangible.

Deberíamos tratar de recordar más a menudo que nunca podemos ver con exactitud los pensamientos y sentimientos de otra persona, y mucho menos predecirlos, por muy bien que la conozcamos. A la inversa, debemos ser conscientes de que los demás no pueden hacer lo mismo con nosotros.

Así que aquí también es conveniente que no siempre busquemos tres pies al gato: No cuesta nada pronunciar esa frase extra, aunque la otra persona supuestamente ya la sabe. "Oye, están poniendo esa nueva película de ciencia ficción en el cine. Me encantaría que vinieras a verla conmito, ya sabes lo mucho que me gusta la ciencia ficción y hace mil que no hacemos nada juntos".

Y en caso de que realmente nos conozcamos al dedillo, sigue valiendo mucho la pena expresar el reconocimiento y el aprecio en lugar de esperarlo. "Sé que la ciencia ficción no es lo tuyo, pero si me acompañas, intentaré planificar el próximo viaje, aunque a mi no me saldrá tan bien como a ti.".

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